¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo, crónico y progresivo, que afecta principalmente al sistema nervioso central. Se caracteriza por la degeneración de neuronas en una región del cerebro llamada sustancia negra, lo que origina una disminución de dopamina, un neurotransmisor clave para la coordinación y el control del movimiento. A medida que la enfermedad progresa, se producen también alteraciones en otras regiones del cerebro y de sistemas nerviosos no motores.
Aunque no existe una cura definitiva, se dispone de tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y terapias de apoyo que ayudan a aliviar sÃntomas, retrasar complicaciones y mejorar la calidad de vida. La intervención adecuada de la enfermedad pasa por ser multidisciplinar e individualizada.
Colectivo afectado
En España hay entre 200.000 y 300.000 personas afectadas por la enfermedad de Parkinson y en la Comunitat Valenciana hay unas 21.000 personas diagnosticadas con la enfermedad, según cifras de la Conselleria de Sanitat del año 2023. Estos números confirman que alrededor de un 1% de la población de más de 70 años padece Parkinson en la actualidad.Â
Además las cifras están cambiando, pues en los últimos años la aparición de la enfermedad se registra a edades más tempranas, siendo mayor la incidencia en el grupo central de aparición entre los 50 y 70 años. Generalmente el inicio de la enfermedad se da entre los 40 y 70 años, siendo menos frecuente antes de los 40 y excepcionalmente antes de los 20 años.Â
Por otro lado, es un poco más frecuente en el hombre que en la mujer, con una proporción de 3 hombres por cada 2 mujeres, y afecta a todas las razas y etnias por igual, sin distinción ni discriminación.
Aunque no existe una cura definitiva, se dispone de tratamientos farmacológicos, quirúrgicos y terapias de apoyo que ayudan a aliviar sÃntomas, retrasar complicaciones y mejorar la calidad de vida. La intervención adecuada de la enfermedad pasa por ser multidisciplinar e individualizada.
Diagnóstico
El diagnóstico del Parkinson es complejo, porque no hay una prueba definitiva única. Es un diagnóstico clÃnico basado en:

Historia clÃnica
SÃntomas que la persona describe, su evolución en el tiempo, antecedentes personales y familiares.

Exploración neurológica
Evaluación de los signos motores clásicos (temblor, rigidez, bradicinesia, alteraciones en la postura y marcha), asà como de los signos no motores.

Respuesta al tratamiento
La mejorÃa con fármacos dopaminérgicos (como la levodopa) puede apoyar el diagnóstico.

Exámenes complementarios
Cuando es necesario para descartar otras causas: imágenes cerebrales (resonancia magnética), análisis de sangre, etc. En general, estas pruebas ayudan a descartar parkinsonismos secundarios u otras enfermedades que pueden parecer Parkinson.

Criterios diagnósticos validados
Existen guÃas y documentos oficiales, como la «GuÃa sobre la Enfermedad del Parkinson» dentro de la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas del Ministerio de Sanidad.
La detección precoz es importante para poder iniciar el tratamiento lo más pronto posible y tratar de minimizar complicaciones.
SÃntomas
Los sÃntomas de la enfermedad de Parkinson se dividen en motores y no motores. Muchas personas afectadas padecen una combinación de ambos, y los no motores pueden iniciarse incluso antes de los motores en algunos casos.
SÃntomas motores principales
- Temblor en reposo: uno de los sÃntomas más reconocibles, aunque no está presente en todos los casos.
- Rigidez (aumento del tono muscular) que puede causar molestias articulares y sensación de agarrotamiento.
- Bradicinesia: lentitud en iniciar y realizar los movimientos, reducción de la amplitud de los mismos.
- Alteraciones de la postura y el equilibrio, lo que incrementa el riesgo de caÃdas.
- Problemas en la marcha: paso vacilante y congelaciones de la marcha en etapas más avanzadas.
SÃntomas no motores
Estos pueden ser muy variados y tienen un gran impacto sobre la calidad de vida:
- Trastornos del sueño: insomnio, somnolencia diurna o trastorno del comportamiento del sueño REM.
- Alteraciones del estado de ánimo: depresión, ansiedad, apatÃa.
- Dificultades cognitivas: problemas de memoria, atención, lentitud del pensamiento, en fases avanzadas puede aparecer demencia.
- Problemas sensoriales: pérdida del olfato (anosmia) a menudo precoz, alteraciones visuales.
- Disfunción autonómica: problemas digestivos (estreñimiento), urinarios, disfunción sexual.
- Fatiga, dolor, molestias musculares, calambres.
- Otros sÃntomas menos visibles pero muy relevantes: trastornos del habla (hipofonÃa), deglución, disminución de la expresividad facial.
Tratamientos
El tratamiento del Parkinson busca controlar los sÃntomas, mejorar la funcionalidad y mantener la autonomÃa el mayor tiempo posible. Es multidimensional.
Tratamiento farmacológico
- El fármaco de referencia sigue siendo la levodopa, combinada muchas veces con inhibidores de la dopa-descarboxilasa o de la catecol-O-metiltransferasa, para mejorar su efecto y reducir efectos secundarios.
- Agonistas de la dopamina: para complementar o retrasar el uso de levodopa en personas más jóvenes o en etapas iniciales.
- Inhibidores de la monoaminooxidasa tipo B (IMAO-B) o inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa (COMT).
- Otros medicamentos sintomáticos: anticolinérgicos, medicamentos para controlar temblor, para sÃntomas no motores (antidepresivos, tratamiento del dolor, medicamentos para disfunciones gastrointestinales, etc.).
El ajuste de la medicación es clave: dosis, momentos del dÃa, combinaciones, y siempre valorando los efectos secundarios.
Tratamiento quirúrgico
Estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés): Implante de electrodos en determinadas áreas cerebrales, como el núcleo subtalámico o el globo pálido interno, conectados a un generador externo; útil en personas que presentan fluctuaciones motoras importantes, discinesias, o sÃntomas no controlados por los fármacos. En casos seleccionados, otros procedimientos quirúrgicos, menos frecuentes, pueden considerarse.
Terapias complementarias y cuidados multidisciplinares
- Fisioterapia: ejercicios para mantener o mejorar la movilidad, elasticidad, postura, equilibrio, fuerza, marcha.
- Logopedia: para el habla, la voz, y dificultades de deglución.
- Terapia ocupacional: adaptación de actividades cotidianas, uso de ayudas técnicas, estrategias para conservar autonomÃa.
- PsicologÃa / apoyo emocional: a la persona afectada y también al entorno familiar, ya que los sÃntomas no motores como depresión, ansiedad, cambios de humor pueden tener gran impacto.
- Nutrición, sueño, ejercicio fÃsico regular: se ha demostrado que el ejercicio mejora no solo los sÃntomas motores, sino también el ánimo, la función cognitiva, el mantenimiento funcional.

